¿Por qué no puedo terminar esta relación? ¿por qué nada me motiva? ¿por qué no consigo concretar mis proyectos? ¿es correcto esto que hago? ¿es bueno o malo? ¿por qué nadie me quiere?
Estas son algunas preguntas con las que varios pacientes llegan a mi consultorio.
A veces, no aparecen como preguntas expresas, sino tan solo como sensaciones difusas que no logran nombrar ni entender con claridad pero que los lleva a sentir malestar, dolor y mucho sufrimiento. Ansiedad, depresión, cansancio, pánico, son algunos de los síntomas que aparecen con más insistencia entre quienes consultan.
Forma de trabajo en terapia
Mi práctica clínica se sustenta en el psicoanálisis, el cual reconoce la existencia del inconsciente, es decir, considera que hay en cada uno de nosotros maneras de hablar que influyen en nuestra forma de actuar o más claramente en aquello que llamamos “nuestro modo de ser”, pero estas no nos son accesibles de manera inmediata, es decir, no escuchamos la manera en la que hablamos y por ende no comprendemos el modo en que actuamos o por qué nos sentimos como nos sentimos y por qué nos pasa lo que nos pasa.
En mi experiencia he atendido a personas que sufren de ansiedad o de algún episodio de lo que hoy en día se conoce como “ataque de pánico”. En principio se presenta todo de manera confusa, no saben referir muy bien cómo se suscitaron esas situaciones.
Poco a poco, a medida que vamos avanzando en el proceso, a través de alguna pregunta puntual, un señalamiento o la interrogación de alguna palabra que aparece con insistencia, vamos ubicando cierto sentido o bien, modificando el sentido que en principio se le atribuía al fenómeno.
Los pacientes van asociando pensamientos y encontrando relaciones entre el momento de pánico y alguna inquietud que suele ir más allá del mismo, así aquello por lo que inicialmente consultaban se va insertando en una trama más compleja de la cual ese fenómeno representa la puerta de entrada.
Esto por sí solo, es decir, de manera indirecta, tiene una repercusión sobre el alivio de ese malestar, sin embargo con ello se abre la posibilidad para un trabajo de análisis que tenga un mayor alcance en la vida del paciente.
Algo parecido sucede por ejemplo en el caso de pacientes que tienen algún síntoma corporal: mareos, dolores de cabeza, cansancio, etcétera y que han consultado ya diversas opiniones médicas sin encontrar ningún daño orgánico.
Incluso también en el caso de algunos trastornos de alimentación como la anorexia y bulimia, cuando no han llegado a límites de riesgo mortales. Varios de estos pacientes llegan ya con algún tipo de diagnóstico, depresión parece ser el diagnóstico por excelencia de nuestra época.
El trabajo terapéutico a realizar juntos o que un análisis ofrece, no se diferencia de lo anteriormente descrito. Lejos de concentrarnos exclusivamente en el diagnóstico y la disolución de los síntomas, la oferta es escuchar y proponer al paciente emprender la búsqueda que nos ponga al tanto de las identificaciones inherentes a su padecer para con ello desarticularlas, por así decirlo.
No descarto por supuesto, la interconsulta psiquiátrica cuando el padecimiento desborda e impide el trabajo terapéutico, pero no es el eje sobre el que se organiza la terapia psicoanalítica.
Por ello, en mi práctica, las palabras de los pacientes son de vital importancia, pues a través de ellas, en un trabajo que se va realizando entre el analista y el paciente, va cobrando expresión lo que hasta entonces sólo aparecía como un modo de ser “raro” “extraño” incomprensible” “silenciado”.
Sea cual sea la forma en la que lo inconsciente se exprese; sueños, fantasías, equívocos, en el análisis encuentra un cauce para vaciar esas significaciones que atormentan.
Terapia psicoanalítica
La terapia psicoanalítica es una forma de ir poniendo en discurso estas maneras de hablar, que se han ido configurando a lo largo de nuestra propia historia (familia, escuela, trabajo, sociedad, etc.) que ignoramos y que sólo conocemos por sus efectos en nuestra vida, las más de las veces desastrosos: impedimentos, ataduras, tristezas, desesperación, angustia, pánico, en fin.
Otra arista de la terapia psicoanalítica podemos ubicarla en el trabajo de duelo por ejemplo.
En él, los pacientes van ubicando y poniendo en discurso aquella significación que suponía para ellos ese ser al que acaban de perder, ya sea porque falleció o por algún tipo de ruptura que impide la continuidad del encuentro.
El duelo, por más doloroso que pueda resultar, es una ocasión para conocer el modo en que realizamos nuestras elecciones amorosas, y, si se quiere, decidir si es una elección con la que se quiere continuar.
El trabajo en la terapia psicoanalítica no es un trabajo que se realice de manera inmediata, aunque ello no significa que no brinde cierto alivio para algunos problemas desde los primeros encuentros.
El trabajo en la terapia psicoanalítica es una búsqueda a la que se entrega el paciente y el analista que lo acompaña y suele llegar tan lejos como el paciente lo decida. En este sentido, su compromiso en el proceso de análisis en fundamental para su eficacia.
Formación en psicoanálisis
Considero de suma importancia el seguirme formando continuamente. Por ello cuento con dos especialidades en Clínica Psicoanalítica, la primera cursada en México, y la más reciente, cursada en la Escuela Freudiana de Buenos Aires.
En esa ciudad tuve oportunidad además, de asistir a seminarios teóricos-prácticos de la mano de los psicoanalistas más destacados en diversas instituciones, como:
- Escuela Freudiana de la Argentina;
- Universidad de Buenos Aires (UBA) y
- Apertura A.C.
Actualmente ejerzo mi práctica en consultorio particular, sostenida de los tres aspectos propios de la práctica: análisis personal, supervisión y grupos de estudio.
Ubicación del consultorio:
Mi consultorio se encuentra en la Colonia del Valle Norte, muy cerca del World Trade Center (WTC) Ciudad de México y junto a las colonias Vértiz Narvarte, Letrán Valle, Santa Cruz Atoyac y Acacias.
Para llegar en transporte público:
- Dos líneas de metrobus cercanas (la de insurgentes y la morada, estaciones La Piedad y Viaducto, respectivamente).
- Microbuses: Ruta 80 Cuernito – Metro Villa de Cortés. Cuernito – Metro Viaducto.
Para llegar en automóvil:
Entre las avenidas Xola y Viaducto o entre Insurgentes y Av. Coyoacán. Las calles circundantes suelen estar libres para estacionarse, no es zona de parquímetros y hay estacionamiento público a dos cuadras.
Datos para citar este artículo:
de Psicólogos y Terapeutas, Directorio. (2024). Psicoanalista en la Col. del Valle Norte. Boletín de Consultorio Psicológico Condesa, 17(1). https://psicologos.mx/psicoanalista-colonia-del-valle-norte/.
Alejandro Martínez dice
Quisiera saber si tienen consulta, costo, horarios y un numero telefónico para ponerme en contacto
Irradia Terapia México dice
Hola Alejandro,
Por favor escríbenos por correo para enviarte mayores informes: [email protected] Y nosotros con gusto te orientamos. Saludos!
Montserrat dice
Hola Buen día.
Tendrán algún número al cual poder comunicarme?
Karen dice
Hola me gustaría me proporcionaran un teléfono de contacto
Monica dice
Hola!
Me gustaría saber si realizas terapias en linea?
Gracias!
Monica R
Irradia Terapia dice
Hola Mónica, sí! Todo nuestro equipo realiza terapias en línea. Si deseas contactar con Alejandra Sánchez, escríbenos por correo para darte mayores informes: [email protected]