Mariel Apodaca (2007) dice:
"Las Diosidencias ocurren cada día, en cada lugar, no tienen fronteras ni conocen idioma. Simplemente ocurren. Uno decide dejarlas pasar o exprimirles su jugo para darle sentido a nuestra vida".
Uno de los principales factores que nos impiden reconocer las Diosidencias es el dolor. Y es que cuando el corazón se ahoga con las lágrimas que provoca la tristeza se dificulta apreciar lo positivo que pueda esconderse tras algún trágico acontecimiento y el futuro se torna sombrío y poco esperanzador. Pero lo cierto es que nadie puede escapar al dolor, es un factor común en la vida de todos, que tarde o temprano nos visita y tenemos que aprender a enfrentar.
Aprender a enfrentar el dolor no es tarea fácil, requiere de valentía y, sobre todo, de muchos deseos de superar la difícil situación por la que se está atravezando.
La Dra. en Metafísica Anji Carmelo es especialista en la temática de cómo superar el dolor, ayuda a enfermos que han sido diagnosticados con cáncer a poder tener una vida más plena y también colabora con personas que están atravezando por un período de duelo, tras la pérdida de un ser querido.
En una entrevista que le concedió la Dra. Carmelo al periódico digital LaVanguardia.com, el 16 de junio de 2003, realizada por Víctor M. Amela, se le cuestionó sobre una frase que ella siempre utiliza: confiar en la vida, y esta fue su respuesta:
"Te pase lo que te pase, no te preguntes ¿por qué?, sino ¿para qué? ¡Esa actitud es confiar en la vida! Es estar convencido de que todo es para bien. El día que lo entendí, todo cambió: entendí de veras el "hágase tu voluntad"…
Más adelante, el periodista le hizo dos preguntas cuya respuesta nos debe mover a una profunda reflexión. La primera de ellas es que cómo podemos prepararnos para la muerte de nuestros seres amados, a lo que ella responde: "¿Los amas? ¿Les dices que los amas? Hazlo, díselo ¡hoy! ¿Tienes asuntos pendientes con ellos? Resuélvelos ¡ahora! ¿Por qué lo dejas para mañana? A los seres amados, ¡vívelos! Tu presente con ellos, ¡vívelo bien!".
Sin lugar a dudas, esta respuesta nos hace ver que la mejor manera de prepararse es amando hasta el último momento y demostrando ese amor de mil maneras posibles, de modo que no quede el mal sabor de ningún "por qué no le dije te quiero", "por qué no lo fui a ver antes", "por qué no lo abracé cuando aún estaba"…
La segunda pregunta que le hizo el periodista es qué sucede si somos nosotros quienes morimos, dejando a nuestros seres queridos de repente; la respuesta de la especialista también mueve a reflexión: "Es bueno planteártelo… Respóndete: ¿qué no quisieras dejar pendiente? ¡Acomételo! Ah, y vive. ¡Uno muere igual que vive! Si gozas de tu vida, de tu presente, gozarás de tu muerte. ¡Vívete! Una vida bien empleada proporciona una muerte feliz. Ah, y si tienes claro cómo quieres morir, así sucederá".
Abrazar la creencia de que si gozamos cada segundo de la vida, si servimos a los demás, si no dañamos a nadie y somos honestos, en fin, si no hay ningún dedo que nos pueda señalar por nuestra conducta, seguramente estaremos preparando el camino para que nuestra partida a otra dimensión sea menos dolorosa, pues nuestros familiares no tendrán que lidiar con la deshonra de nuestro mal comportamiento en este mundo terrenal.
Diosidencias en mi vida:
Volviendo al terreno de las causalidades de la vida, quiero contar una Diosidencia que hace poco más de un año me ocurrió.
Yo no solía llamar a mi abuelo en las tardes, sino en las noches, pero el sábado 29 de octubre de 2011 decidí hacerle una llamada, junto a mi madre y otros familiares, él se puso muy feliz, se estaba recuperando, pues había estado muy enfermo, tanto así que me dijo que esta vez pensó que se iba. Yo me sentí tan especialmente feliz de escucharlo. Una hora después, se fue para siempre…
Mi abuelo murió, pero gracias a una maravillosa Diosidencia pude hablar con él, despedirme, escuchar su cálida voz por última vez, ese es el gran consuelo que me queda tras su partida.
El universo conspiró para que todas las condiciones se dieran: que todos los familiares estuviéramos juntos esa tarde, que decidiéramos llamarlo precisamente a esa hora, que mi abuelo estuviera despierto y pudiera contestar la llamada, TODO coincidió. Jamás podría llamarle a eso coincidencia, definitivamente, es una Diosidencia.
Detrás de los peores momentos de nuestra existencia se pueden encontrar oportunidades maravillosas para crecer y ser mejores, lo importante es no encerrarnos en lo negativo que pueda tener el presente consigo, sino en lo bueno que puede traer el futuro.
Como decía el poeta y filósofo hindú Rabindranath Tagore: "Tengo mi propia versión del optimismo. Si no puedo cruzar una puerta, cruzaré otra o haré otra puerta. Algo maravilloso vendrá, no importa lo oscuro que esté el presente".
En resumen, no queda más que agradecer por las tantas bondades recibidas, olvidar las penas pasadas, enfrentar el dolor y aprender a reconocer esas causalidades o Diosidencias que nos regala permanentemente el creador y resurgir como el ave mitológica fénix, que se quema ella misma en su nido para darle paso a otra ave Fénix, mucho más fuerte y hermosa de lo que fue alguna vez. Tal y como dijo alguna vez el escritor francés Voltaire: "No es más asombroso nacer dos veces que una sola, pues todo en la naturaleza es un permanente renacer".
Referencias bibliográficas
- Apodaca, Mariel. (2007). 22 estampas de mujeres mexicanas. México: Documentación y estudios de mujeres, A. C. (DEMAC).
- García, Yohana. (2005). Francesco decide volver a nacer. México: Grupo Gráfico Romo.
- Rueda, Miguel. (2006). Treinta años despues: encarcelado y torturado en la Argentina de los años 70. España: Editorial Barcelona STJ.
Foto de epoucsemaj vía Flickr
Datos para citar ese artículo:
Díaz Pimentel, Jade. (2012). Qué son las diosidencias y cómo aprender a manejarlas. Irradia Terapia México. https://psicologos.mx/que-es-una-diosidencia/ [Consultado el ].