Me parece que Budismo y Gestalt tienen muchos puntos de encuentro, desde la fenomenología, la experiencia de vivir en el presente / aquí y ahora o la búsqueda de la integridad / superación de la dualidad. En este post quisiera plantear paralelos entre las 4 Nobles Verdades y la generación de figuras en el Ciclo de la Experiencia Gestáltico.
Las 4 nobles verdades en forma simplificada:
- El sufirimiento existe
- El sufrimiento tiene un origen (en los 3 venenos: Apego, Aversión e Ignorancia)
- El cese del sufrimiento es posible (así lo demostró el mismo Buda)
- El camino para este cese del sufrimiento es este: Noble Sendero Óctuple (muy generoso de su parte dejarnos la pauta!)
Por su parte el Ciclo de la Experiencia (CE) de la Gestalt consiste en que continuamente nuestro cuerpo y mente en contacto con el medio, va abriendo figuras. Un ciclo de la experiencia normal considera las etapas de:
- Sensación
- Darse Cuenta
- Energetización
- Acción
- Contacto
- Reposo
Mi hipótesis está en que el sufrimiento se generaría en relación a la incapacidad de completar figuras gestálticas de manera sana.
Pero vamos por parte, desde la Primera Noble Verdad (1NV), el sufrimiento existe, tal como las figuras abiertas son observables en uno y en los demás. La observación de un síntoma se puede entender desde cierta incapacidad de compleción de figuras, “la existencia de gestalts claras y fuertes es el criterio central de la salud” (Latner, 1973) o bien formulado por Jung:
“La neurosis es la acción de evadir el sufrimiento legítimo”.
En el caso de la 1NV es una constatación importante; el reconocimiento de la enfermedad / sufrimiento y su opuesto la salud / homeostasis / no-sufrimiento.
La 2NV nos habla del origen del sufrimiento. En el caso del apego o aferramiento, podemos considerar la incapacidad de soltar y cerrar adecuadamente una Gestalt, es decir, una falla a nivel de post-contacto y reposo. Por ejemplo, pensemos en un aferramiento a un objeto material que nos guste mucho, una prenda favorita. Si se nos pierde, debemos ser capaces de cerrar la gestalt que nos vincula con ese objeto, soltando en el post-contacto y dando un reposo. Luego podremos abrir una nueva figura, con una nueva prenda. La falla de ello, el quedarnos pegados con, por ejemplo, extrañar compulsivamente, estar todo el día pensando en lo que perdimos, en cuán hermoso era, etc., etc.. nos habla de un apego patológico, que no nos permitirá abrir nuevas figuras.
Así también la aversión vendría a ser nuestra incapacidad de acoger una nueva figura adecuadamente. Desde el ciclo tendríamos una dificultad en la energetización de las figuras. Finalmente la ignorancia o indiferencia nos habla de cierta indolencia que es incapaz de reconocer las figuras, o bien una falla en los pasos de sensación y darse cuenta.
La 3NV propone que el sufrimiento puede cesar. Desde la Gestalt me parece que esto se observa en la fé en la autorregulación organísmica, en cierta capacidad homeoestática y de salud innata en los procesos humanos. Curiosamente me hace pensar en la Bondad Fundamental del budismo. Este reconocimiento es un pilar esencial en la creencia en el cambio, la terapia, la salud y el amor.
Finalmente la 4NV nos plantea 8 importantes preceptos que podemos resumir en Visión Correcta (panna), Conducta Correcta(shila) y Meta Correcta (samadhi). Aquí el budismo parece plantearnos una ética que va un poco más allá que la Gestalt en proponer ciertos principios rectores. Al menos podemos coincidir en que la actitud fenomenológica de la Gestalt, la disciplina de seguir las figuras adecuadamente por parte del terapeuta, si debiese considerar este actuar correcto.
Desde la psicología budista, es aquí donde resulta clave la Meditación: El arte de la observación y el actuar que nos mantiene en permanente contacto con el presente. Cuando meditamos, nos planteamos inicialmente una figura particular, por ejemplo, observar nuestra respiración.
Durante este proceso vemos continuamente cómo afloran nuevos pensamientos, emociones, sensaciones (CE 1-2), y aunque nos han llevado lejos de nuestra observación de la respiración, somos capaces de darnos cuenta y volver a nuestra figura central (CE 2-4) y entrar plenamente en ella. Cuando volvemos nuestra atención hacia la figura principal (la respiración), lo hacemos desde una actitud de contacto con el presente y desde el retiro. Se habla de “tocar y soltar”, porque no nos aferramos a nuestro pensamiento, como tampoco generamos aversión hacia ellos, simplemente los observamos, volvemos nuestra atención y descansamos en ese espacio de vacío que se genera (CE 5-6).
Ahora, no se trata de que la única figura gestáltica en el Ciclo de la Experiencia de la vida de un budista sea la respiración. Se dice que aquel que ha alcanzado la iluminación, no cambia el contenido de su accionar, sino la forma de realizarlo.
“Cuando voy a respirar, respiro. Cuando voy a comer, como.”
La actitud contemplativa del meditador consiste en seguir su accionar diario en permanente contacto con el presente. La respiración sería el modelo simbólico que nos permite entrenar en la facultad de vivir continuamente en el presente.
Resumiendo, la meditación nos plantea un vehículo sagrado, una tecnología psico-espiritual indispensable para aprender a vivir nuestra experiencia plenamente. La apertura y cierre de figuras gestálticas de manera adecuada, y la posibilidad de continuamente vivir Ciclos de la Experiencia desde un buen contacto con el medio, se base, nutre y potencia desde la actitud meditativa. De ahí a que opine que la práctica de la meditación debiese ser un aspecto central para cualquier terapeuta gestáltico, para lograr estar y permanecer en el presente, aquí y ahora.
Datos para citar este artículo:
Beca Trovador, Sebastián. (2013). Las 4 Nobles Verdades del Budismo y la terapia Gestalt. Boletín de Consultorio Psicológico Condesa, 6(3). https://psicologos.mx/coincidencias-del-budismo-y-la-psicologia-gestalt/.
Deja un comentario