“Para mí, el mayor placer de la escritura no es el tema que se trate, sino la música que hacen las palabras”.
Truman Capote (periodista y escritor)
En mis años de habitar este mundo terrenal pocas cosas he disfrutado más que el placer de escribir. Esta actividad se ha convertido en mucho más que un pasatiempo, una tarea o una simple herramienta para gastar mis días. Por eso hoy me siento en deuda con la escritura y tengo la necesidad de expresar brevemente todo lo que representa el escribir para mi persona. Sé que de este modo no podré retribuir las cuantiosas satisfacciones que me ha regalado el arte de hilar las palabras, al dejarme decir lo que quiero como prefiero, pero de alguna manera hay que comenzar a pagar esa deuda.
Escribir es mi medio de expresión cuando se apaga mi voz. Cuando las ganas de hablar escasean, encuentro en la escritura la manera de expresar mi sentir sobre el mundo y sus múltiples avatares.
Es el refugio donde me siento cómoda y dejo salir todo lo que me inquieta, el alimento que cubre mi necesidad de decir aquello que me duele callar, la catarsis con que purifico mi mente y escapo de mis tormentos, el arma blanca con que denuncio la injusticia, sin dar muerte a los denunciados.
Escribir es esa varita mágica que me permite crear un mundo nuevo para transformar el que me tocó habitar cuando no me gusta. Es la arcilla con que moldeo nuevos horizontes.
Es el espejo que me hace redescubrirme tras finalizar cada borrador. El proceso de reconocimiento de mi persona se hace apasionante después de cada discurso alumbrado. Escribir me demuestra cada día que en mis textos está la esencia de quien soy como ser humano, de mi realidad como sujeto, de mi condición de mujer.
Escribir es uno de los dones más bellos con que fui premiada el día que nací, mi regalo preciado, mi dádiva invaluable. Es uno de esos amores que te colma el alma a cambio de nada. Es un arte que mejora con el paso del tiempo, con las circunstancias del destino, con los tropiezos de la vida. Es mi proceso, mi producto y mi mejor creación.
Escribir es el enlace perfecto entre mi mente, mi alma y mi corazón. Es vida que da más vida. Es la medicina que cura el dolor que me provoca la nostalgia y la droga que atenúa mi rabia. Tal como lo dijo el escritor y poeta británico Rudyard Kipling: “Las palabras constituyen la droga más potente que haya inventado la humanidad”.
¡Gracias eternas!
Imagen de Jesús Solana vía Flickr
Datos para citar ese artículo:
Díaz Pimentel, Jade. (2013). Escribir: la catarsis de mi alma. Irradia Terapia México. https://psicologos.mx/escribir-catarsis-alma/ [Consultado el ].
Graciela dice
Maravilloso texto y una de las sanaciones para la mente y el cuerpo. Me encantó, me lo llevo a mi página de Face. Gracias! Un abrazo afectuoso desde Argentina.
Psicologos.mx dice
Qué bueno que te gustó Graciela, recibe un cordial saludo!