"No conozco la clave del éxito pero la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo."
– Woody Allen
Cuando una está acostumbrada a que lo "normal" es rendir al cien en absolutamente todas las esferas de la vida, cuesta mucho trabajo hacer pausas en el camino para concentrarse en el interior. Trabajo, amigos, familia y ocio (casi siempre en ese orden) están, sin saber cómo o por qué, antes que yo.
Conforme fui creciendo, aprendí a esperar, a estar siempre para los demás, a dejar de lado lo importante para resolver siempre lo urgente; aprendí que uno sólo es buena persona si es incondicional.
Nuestro ritmo cotidiano es muy acelerado, igual que el ritmo a largo plazo. Todos los días actuamos muy a prisa para cumplir las demandas propias y ajenas. Despertar temprano, bañarse rápido, desayunar apenas, salir corriendo para estancarse un rato en el transporte hacia el trabajo… encarrerarse de nuevo para terminar lo antes posible y mantenerse al frente, siempre arriba; atender siempre a todo el mundo con una amplia sonrisa, no quejarse.
Así las cosas, uno se pregunta un día, ¿y yo en dónde quedo?, ¿por qué nadie se preocupa por mí?
Uno de los consejos más comunes entre amigas es "búscate un tiempo para ti", "no te olvides que primero estás tú"… y hace años solía contestar cosas como "es que no sé decir que no", y con el tiempo he aprendido a reaprender y procurarme la felicidad, ponerme primero para rendir mejor.
Cuando me siento bien, todo parece acomodarse a mi alrededor. Mis relaciones laborales y personales se tornan mucho más afables. Por fin encuentro sentido a frases que en los libros parecían inalcanzables: "conócete a ti mismo", "cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no encuentra nada". Invertirle siquiera un poco a la propia vida deja unas ganancias sorprendentes.
¿Cómo encontrar tiempo para mí?
Cuando escuchaba al respecto, solía sacarle la vuelta al tema, con la vida como estaba (trabajo, escuela, hijas, pareja, familia…) me parecía imposible organizar todo para hacerme un espacio, hasta que un día me di cuenta de que no era tanto rollo.
Bastaba poner la alarma 15 minutos antes un día a la semana y levantarme sin hacer ruido para sentarme en la sala y respirar profundo, tomar consciencia de mi cuerpo, de mis necesidades, de mi cansancio o mi descanso; me conseguí un temporizador y entonces le platiqué a quienes me acompañan cada día que "hasta que suene la campanita, no estoy", y esos valiosos minutos los disfruto en mí, elijo si deseo disfrutar un baño de agua caliente, leer algún libro por el mero placer de hacerlo, hacerme un masaje, salir a tomar un café con una amiga, tirarme de panza a pensar en lo bien que me van las cosas.
Una de las que más he disfrutado fue ir al psicólogo. Una hora a la semana invertida por completo para el enriquecimiento personal. Ese tiempo que destiné para la terapia, redituó en felicidad, fui capaz de identificar mis pensamientos, darme cuenta de qué me estaba haciendo daño y por qué; también tuve las herramientas para identificar mis emociones y tomar decisiones importantes sin tener como móvil el coraje o la tristeza.
Ese tiempo para mí me ayudó a darme cuenta de cuáles eran mis fortalezas y debilidades; escuchar una opinión objetiva y profesional sobre mis problemas me ayudó a acomodar prioridades y reencaminar mis esfuerzos y mantenerme en equilibrio.
Consejos prácticos para encontrar más tiempo para mi misma
- Aprender a valorar mi sentir y mis gustos igual que valoro la opinión de mis seres queridos, pues nadie va a "adivinar" lo que yo necesito, además de que aprender a pedir las cosas es parte de ser adultos.
- Destinar un espacio en mi agenda y respetarlo como si mi trabajo dependiera de ello: si con anticipación programo ese tiempo para mí, con la convicción de que todo en ello es bueno, difícilmente me permitiré perderlo.
- Usar un temporizador para tomar consciencia: yo decido cuánto tiempo quiero dedicarme, y para asegurarme de que lo emplearé íntegro en mí, utilizaré alguna herramienta que me lo recuerde.
- Cambiar de pensamientos: quiero convencerme de que no hay nada mejor ni más importante que dedicarme un tiempo a mi enriquecimiento personal. Si yo estoy bien, lo demás está bien.
- Tener a la vista mi lista de prioridades: necesito tener enlistadas mis metas, para poder tacharlas conforme las voy cumpliendo; cuando puedo apreciar visualmente mis logros, me doy cuenta de cuán valioso es el tiempo para mí.
- Aprender a decir "sí" a todo aquello que me hace crecer, sin lastimarme a mí misma y a los demás. Decir que sí es actuar abiertamente para lograr lo que me propongo.
- Aprender a decir "no" a las cosas y situaciones que me lastiman o me dañan. En psicología esto se llama "poner límites" y aunque no siempre es fácil hacerlo, es algo esencial para un desarrollo sano y equilibrado.
Foto de potzuyoko vía Flickr
Datos para citar este artículo:
Torres, Ketzalli. (2014). ¿Cómo encontrar tiempo para uno mismo?. Boletín de Consultorio Psicológico Condesa, 7(1). https://psicologos.mx/como-encontrar-tiempo-para-uno-mismo/.
Deja un comentario