
Las historias y leyendas que conforman la mitología griega nos hablan del alma humana, de sus temores, anhelos, de sus luchas y pasiones; de todas las emociones que nos son propias y que circulan por nuestro sistema. De ahí su importancia y el interés para la psicología.
Entre ellas, una que toca muy de cerca a psicólogos, psicoterapeutas, médicos y otros profesionales dedicados a recobrar la salud física o emocional, es la de Quirón, el centauro sabio que nos recuerda la importancia de ser generosos en nuestra profesión, pero al mismo tiempo saber pedir ayuda cuando la necesitamos, que es parte de la esencia de los seres humanos.
Quirón, el centauro herido
La historia de Quirón (Χείρων en griego) el centauro herido, nos muestra la vulnerabilidad humana. El sanador herido y su relación con la sabiduría, la enseñanza de las artes de la medicina y la psicología particularmente. De que a pesar de ser dioses, venerados y habitantes del Olimpo, tienen sufrimientos que no pueden controlar o curar, por eso son tan cercanos a nosotros, a los seres comunes que poblamos la tierra, a la que un día llegamos, sin muchas explicaciones.
Cuenta la historia que el dios Cronos se enamoró perdidamente de Filira (hija de Océano y de Tetis) ante su acoso obsesivo, la ninfa pidió a Zeus que la convirtiera en yegua para así, disuadir las intenciones de Cronos, pero este, percatado de la acción de Filira se convierte en caballo para poseerla. De esta unión nació Quirón, mitad hombre, mitad caballo.
Filira al ver el fruto de su vientre, después de un tortuoso parto, le pide a Zeus, que la convierta en tilo, para así no tener que amamantar a semejante criatura y lo abandona. A la sombra de este árbol y protegido por su padre adoptivo Apolo, crece Quirón bondadoso y sabio, interesado en la poesía, la escritura, y sobre todo, en las ciencias curativas; la medicina y sus remedios, proporcionando alivio al débil y fuerza espiritual, al que se acerca a la muerte. Muchos, se convierten en discípulos y amigos, Aquiles, Eneas, Esculapio oyeron sus consejos y se dejaron guiar por su ejemplo.
Pero también un día, Quirón es herido accidentalmente por una flecha envenenada con la sangre de la Hidra, que ha disparado Heracles (Hércules) su amigo, en una lucha con otros centauros. Quirón queda lastimado en una de sus patas es decir, en la parte animal de su cuerpo biforme.
A esta herida, Quirón sumará el dolor de haber sido abandonado por su madre, y ante este sufrimiento se abre a los demás, en la búsqueda del alivio necesario para sus males. Quirón conoce el dolor y sufrimiento profundos, sabe de heridas del cuerpo y el alma y este hecho le acerca al sufrimiento de los otros, otorgándole la sabiduría que proporciona el conocimiento y la aceptación de los propios pesares. Se convierte en el curador herido, el que tiene la capacidad para sanar los sufrimientos de los otros, aunque no pueda sanar los propios.
Quirón era inmortal, así que estaba condenado a un dolor eterno. Él podría haberse amargado, lamentándose de su dolor; también podría haber dirigido su dolor y su rabia contra los demás; pero en vez de ello, su dolor le hizo más sabio aún, le hizo aprender mucho más sobre la naturaleza del dolor, y eso le convirtió en el más grande de los sanadores de la mitología griega.
El último regalo de Quirón: ayudar y recibir ayuda
Al ver el sufrimiento de su amigo y maestro, Hércules se propuso encontrar a la Muerte para liberarle. Así, encontró a Prometeo, un Titán encadenado al Cáucaso por Zeus como castigo por haber dado el fuego a los hombres. Cada día, un águila devoraría sus entrañas, que luego volverían a crecer, así hasta que alguien se apiadase de él y aceptase morir en su lugar.
Quirón tomó su lugar, muriendo y liberando a Prometeo de semejante castigo y liberándose del propio. Como recompensa por sus actos, Zeus lo colocó en los cielos como la constelación de Sagitario, aunque otras fuentes hacen referencia a la constelación de Centauro.
Así, esta bella historia también ilustra que muchas cosas que en un primer momento vemos como desgracias, en última instancia son regalos, lo que algunos llaman Diosidencias que vale la pena descubrir en nuestras vidas.
También nos permite ver parte del juego divino donde encontramos sanación al recurrir a personas cercanas, pues no somos 100% autosuficientes. El desarrollo depende de la interacción entre tod@s. Desde otra perspectiva, toda persona tiene algo que aportar y todos podemos aprender algo de los demás.
La raíz de la palabra quirófano viene de Quirón, el que procura el bien del otro, el que tiene la capacidad de curar, con las manos, el dolor ajeno.
Carl Gustav Jung, conceptualiza este mito en el arquetipo del sanador herido, en él, nos dice que todo psicólogo y/o sanador es también un paciente. Jung recogió en sus estudios y años de investigación, las teorías filosóficas chinas del Yin y Yang, dando cuenta de la polaridad que nos habita y conforma nuestra psique. El lado luminoso y el lado oscuro, que se atrincheran en oposición y luchan por ganar espacio y prevalecer el uno sobre el otro, y que solo en la integración de ambos, se podrá aspirar a un estado de paz y sabiduría con nosotros mismos.
Texto base de Carmen Martín con aportaciones de Albherto Quint. Foto de Stephan Kareth vía Flickr
Datos para citar ese artículo:
Aguirre, Francisco. (2013). Quirón: psicólogo y sanador de la mitología griega. Irradia Terapia México. https://psicologos.mx/quiron-psicologo-sanador/ [Consultado el ].