Entonces, quedamos en el texto anterior que era importante encontrar primero qué son los valores que verdaderamente nos representan para que así podamos tener una idea más clara de qué es lo que queremos. Pero antes de entrar en ese tema tenemos que definir algo:
¿Qué son “Valores”?
Tendemos a pensar en los valores como cosas muy estructurales, sociales e inflexibles. Por ejemplo la honestidad, la fidelidad y el respeto, pero no tienen que ser específicamente esos.
Los valores simplemente son las cosas que tienen mayor valor para ti y representan los conceptos, ideas o principios que rigen tu comportamiento más básico.
Por ejemplo, si tomamos a un personaje de una película, digamos de “Toy Story” el perro Slinky y el Señor cara de papa. Slinky habla de una fidelidad ciega dentro de la amistad. La lealtad por sobre todo, incluso en los momentos de duda, Slinky siempre cree en Buzz. Aún cuando lo defrauda aparentemente, siempre trata de ayudarlo.
El Señor cara de papa mantiene el mismo valor pero de manera negativa. Él condena las acciones de Woody desde el principio y sospecha de la traición a esa lealtad. El Señor cara de papa valora por sobre la lealtad el respeto y toma acciones de corrección para que nadie más le falte al respeto con actos parecidos a las que Woody realiza.
Sí, claro que todos valoramos la lealtad, la amistad, la tolerancia y todos esos bonitos valores en la vida. Pero tenemos una tendencia mucho mayor a respetar, seguir ciegamente y hasta ofendernos si alguno de nuestros principios o “valores” son atacados.
Por ejemplo, mi personalidad es muy independiente por lo que la independencia en otras personas me es indispensable para poder relacionarme con ellas.
Si una persona depende de mí para tomar una decisión sencilla o si requiere de mi permiso para hacer algo que le produce placer (dentro de lo razonable), va a ser muy difícil que yo me acerque con esa persona pues claramente la independencia no es un valor muy estimado por ella, pero la seguridad o la confiabilidad para esa persona seguramente es básica para entablar una relación.
Habiendo ya establecido esta definición, es hora de revisar en nuestro desván mental, ¿cuáles son esos valores?. Quizás sea un poco complicado de hacer pero pensemos en este ejemplo.
Si el día de hoy queremos buscar una casa para comprar, tenemos que tener dos cosas muy claras para no perdernos en un mar de visitas guiadas por agentes de bienes raíces. La primera es cuánto dinero tenemos para comprar la casa y lo segundo es que tipo de casa queremos.
Muy probablemente en la mente de algunas personas está el tener un castillo francés con 22 recámaras y dos salones de festines, 4 albercas, una sala de cine, 2 habitaciones exclusivas para nuestras mascotas y una cocina lo suficientemente grande para transmitir un capítulo de Master Chef México. Sin embargo, si nuestro presupuesto está un poco más arriba de una casa de interés social difícilmente habrá jacuzzis construidos en el patio.
Entonces, antes de definir los detalles de la iluminación tenue de la sala de estar, es importante determinar con cuánto dinero o “valor” contamos.
Así como nuestro sueldo y los benditos impuestos que nos cobra nuestro amado gobierno, nosotros también nos pagamos un sueldo de valor. Es la consideración que tenemos de nosotros mismos y cómo nos percibimos.
Por ejemplo, si una persona considera que es muy honesta pero es muy floja, lo más probable es que adopte atributos y hábitos que lo respalden. En este mismo ejemplo, quizás esta persona se encuentre una billetera en la calle tirada, al levantarla note que la identificación pertenece a alguien que ya está a más de 2 cuadras de distancia.
La honestidad le prohíbe quedarse con la billetera, pero la flojera le evita alcanzar al individuo en cuestión, entonces decide dejarla en el mismo lugar donde la encontró o quizás dejarla encargada con alguna tienda o mercader que está en las cercanías por si la persona regresa.
Sin decir que estuvo bien o mal dicha acción, consideremos a un par de pretendientes imaginarios de esta persona que están buscando a un amor y les ponemos a nuestra persona floja y honesta frente a ellos.
Uno de los pretendientes es muy activo y honesto y el otro no es tan honesto y es flojo. Ambos pretendientes verían un valor específico en dicha persona, la del ejemplo, pero va a ser muy complicado que cualquiera de los dos tome la decisión de cortejar a la persona si sólo tiene uno de los valores que les interesa a ellos.
Entonces esto quiere decir que, para comprar la casa que queremos, tenemos que contabilizar nuestro “valor”. No lo que otras personas vean en nosotros, aunque a veces para empezar no esta mal preguntarle a algunas personas que nos quieren incondicionalmente. No, el punto es hacernos un autoexamen de valores y ver qué es lo que en realidad valoramos. Así que te propongo este ejercicio:
- Toma una hoja de papel y escribe en ella las 15 cosas que más admiras de las personas que más admires. Pueden ser estrellas de TV, personajes de programas, gente que ya murió, familiares o amigos;
- Escribe después del otro lado de la hoja 10 cosas que te gustaría que tu pareja futura tuviera;
- Por último, escribe 5 cosas que aún no eres pero que te gustaría ser, justo debajo de las 10 que te gustaría que tu pareja fuera. Procura que sean rasgos de carácter ya que si pones que quieres ser 5 centímetros más alto, prepárate para dolorosas cirugías y por el momento dejaremos de lado el dolor físico. Entonces pues, escribe 5 cosas que te gustaría ser que aún no eres.
Terminando estas listas vas a notar que varias de esas cosas coinciden. Esto significa que estos son valores que sigues, respetas o anhelas en tu vida. Ahora como ejercicio final, escribe en otra hoja aparte 10 cosas o “valores” que tú eres o tienes dentro de ti.
Puede que te cueste mucho trabajo, quizás no lo puedas hacer en una sentada. Es normal, nadie nos enseña a reconocernos a nosotros mismos. Si todo sale bien vas a tener una idea más aproximada de cuál es tu valor como persona y entonces podremos pasar a la parte dos de este ejercicio para ver cómo conseguir a tu otra mitad.
Házlo y ve qué resultado tienes y en la siguiente entrega veremos qué hacer con lo que descubras de ti.
Datos para citar ese artículo:
Bracho Herrera, Alberto. (2019). Cómo buscar y encontrar pareja estable y amorosa. Irradia Terapia México. https://psicologos.mx/como-buscar-y-encontrar-pareja-estable-y-amorosa/ [Consultado el ].
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