Docente: Dr. Robert Eugene Martínez Frías
En 2009, la escritora nigeriana Chimamanda Adichie impartió una conferencia para la plataforma TED Talks, titulada “El peligro de la historia única”. En ella, explicó parte de su proceso para convertirse en la escritora que es hoy en día.
Primero, contó que antes de escribir, fue una ávida lectora. Sin embargo, los libros que comenzó a leer en su niñez no le cuadraban del todo. En su natal Nigeria, la mayoría de historias disponibles eran cuentos y novelas extranjeras, especialmente estadounidenses y europeas.
Los relatos transcurrían en dichos lugares y los protagonistas eran personas de color blanco de piel.
“Yo amé esos libros, estimularon mi imaginación, me abrieron a nuevos mundos. Pero la no intencional consecuencia fue que no supe que las personas como yo podían existir en la literatura” (Canal TED, 2009).
Con el tiempo, descubrió y se enteró que existían libros de autores africanos. Después de leerlos, pudo conocer historias más cercanas a ella, con las que podía sentirse identificada. “Lo que el descubrimiento de los autores africanos hizo por mí fue lo siguiente: me salvó de tener una historia única de lo que son los libros” (Canal TED, 2009).
También narró una experiencia de su niñez. Su familia le repetía constantemente que el chico que trabajaba en su casa como parte de servicio doméstico, llamado Fide, era muy pobre.
Incluso usaban a Fide como ejemplo de pobreza. “Acábate la cena, ¿No sabes que la gente como Fide es muy pobre y no tienen nada?”. Un día la familia de Chimamanda viajó a la aldea donde vivía la familia de Fide.
“Su madre nos enseñó una canasta tejida muy hermosa. Nunca se me ocurrió que alguien en esa familia pudiera hacer algo, todo lo que había escuchado acerca de ellos era lo pobres que eran, entonces se volvió imposible para mí el verlos como cualquier otra cosa que no fuera como pobres” (Canal TED, 2009).
Después, habló de una conversación con una compañera de departamento que tuvo en Estados Unidos. Su compañera le hizo peguntas acerca de África pero desde la perspectiva que ella tenía del continente.
Le pidió escuchar música tribal y se sorprendió al descubrir que Chimamanda escuchaba a Mariah Carey. La escritora nigeriana, lejos de ofenderse, comentó al respecto:
“Si no hubiera crecido en Nigeria, y si todo lo que supiera de África proviniera de imágenes populares, yo también pensaría que África es un lugar de bellos paisajes, animales hermosos y gente incomprensible peleando en guerras sin sentido, muriendo de pobreza y SIDA, incapaces de hablar por sí mismos y esperando a ser salvados por un gentil extranjero blanco” (Canal TED, 2009).
Kenneth Gergen (2006, citado por Acevedo, et al., 2018, p. 4) menciona que el construccionismo social es “un conjunto de conversaciones que se desarrollan en todas partes del mundo y participan en un proceso que tiende a generar significados, comprensiones, conocimientos y valores colectivos”.
En otras palabras, implica que los significados y valores que las personas le dan a su realidad, y su forma de conocer el mundo, está generada por su interacción con otras personas.
Debido a que la interacción entre una persona y otra implica una acción, es decir, una conducta, se puede equiparar el término a “comunicación”, ya que según Paul Watzlawick (2011, p. 15) cualquier conducta transmite un mensaje, y como no existe la no-conducta, entonces “no es posible no comunicar” (Watzlawick, 2011, p16).
El mismo Watzlawick, apoyándose en los trabajos de Gregory Bateson, dice que toda comunicación se da de forma simétrica (basada en la igualdad) o complementaria (basada en la diferencia). Las relaciones complementarias implican también una posición superior y una posición inferior entre las posturas de los interlocutores. (Watzlawick, 2011, p.36).
¿Y cómo se relaciona todo esto?
Pues bien, si se asume que toda interacción es comunicación, y toda comunicación es simétrica o complementaria, entonces habría que preguntarse: ¿En qué posición estamos las personas ante los mensajes, los discursos y las historias que nos llegan a través de libros, televisión, cine y medios afines? ¿Y ante los mensajes del gobierno?
Debido a nuestra imposibilidad de responder de igual a igual ante estas circunstancias, podría concluirse que estamos en una posición inferior en una relación complementaria con los entes emisores de los discursos dominantes.
Así, como menciona Chimamanda, el poder en las historias que nos muestran desde “arriba” radica en “cómo son contadas, quién las cuenta, cuándo se cuentan, cuántas se cuentan. El poder es la capacidad no sólo de contar la historia de otra persona, sino volverla la historia DEFINITIVA de esa persona” (Canal TED, 2009).
Aquí entra el construccionismo social. Chimamanda descubrió que la historia de África que se cuenta en el mundo construye la percepción que tiene el resto del mundo sobre África. Incluso construye la forma en que los mismos africanos perciben África y se perciben a sí mismos. La única historia moldea la realidad.
Últimamente, en los medios audiovisuales se han incluido actores y actrices de ciertas etnias, orientaciones sexuales y expresiones de género que no corresponden a la visión hegemónica de la que habla Chimamanda en papeles poco comunes para ellos.
Así, pasamos de princesas y heroínas desesperadas por un hombre a princesas que se centran en su desarrollo y empoderameinto propio (Mía Thermópolis en El Diario de la Princesa, Carol Danvers en Capitana Marvel, Mérida en Valiente), al primer súper héroe negro (T´challa en Black Panther), o el primer personaje de una serie de Marvel que es bisexual y de género fluido (Loki en Loki).
La visibilidad de todos ellos, de todos nosotros, es muy importante porque la humanidad es diversa en todos sentidos y todos merecen tener una representación.
Todos merecen que su historia sea contada, porque no es conveniente tener una visión tan sesgada de la realidad y hacer, mediante el discurso hegemónico, que las personas pretendamos que la diversidad no existe. La negación de las posibilidades y la existencia del otro se conoce como desconfirmación y según Watzlawick (2011), constituye una Patología de la Comunicación. Como bien dice William James:
“No podría idearse un castigo más monstruoso que soltar a un individuo en una sociedad y hacer que pasara totalmente desapercibido para sus miembros” (1969, citado por Watzlawick, 2011, p. 54).
Las historias completas, y las realidades complejas, ayudan a tener una visión del mundo más justa y, por ende, acciones e interacciones que convengan más a todos.
Como dijo Chamamanda: “Las historias han sido usadas para despojar y malignizar, pero pueden ser usadas también para empoderar y humanizar. Las historias pueden romper la dignidad de la gente, pero también pueden repararla”.
Si como terapeutas recordamos todo esto cuando estemos ejerciendo, podremos practicar una psicología más humana, más consciente del contexto, menos patologizada y más orientada a soluciones y consensos.
Bibliografía
- Acevedo J., Bruno F., Castro L., & Garza R. (2018). El construccionismo social desde el trabajo social: “modelando la intervención social construccionista”. Margen. Revista de Trabajo Social, 91 (1-15).
- Canal TED (7 de octubre de 2009). Chimamanda Adichie: El Peligro de la historia única [Archivo de video]. Youtube. https://www.youtube.com/watch?v=D9Ihs241zeg
- Watzlawick, P. (2011). No es posible no comunicar. Barcelona, España. Editorial Herder.
Datos para citar este artículo:
Ayala Moreno, José Javier. (2021). “El peligro de la historia única”: el discurso como limitante o esterotipación de la realidad. Boletín de Consultorio Psicológico Condesa, 14(3). https://psicologos.mx/peligro-de-la-historia-unica-discurso-como-limitante-esterotipacion-de-la-realidad/.
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