El objetivo de este trabajo es presentar una propuesta de intervención en el proceso de duelo infantil, desde el enfoque de la terapia narrativa, precisamente, con el uso de técnicas como: cartas, testamento, dibujos, diario, “nuestra historia” y recursos literarios. Dicha propuesta está diseñada con la finalidad de proporcionar al infante y al terapeuta las herramientas necesarias para la adaptación a la realidad después del fallecimiento de un ser amado.
Palabras clave: Duelo Infantil, Terapia Narrativa, Intervención, Técnicas.
Introducción
Los adultos, llegamos a considerarnos los maestros de los niños, siempre estamos explicándoles como funcionan las cosas, como comportarse, como ser, que estudiar; se les corrige o llama la atención cuando faltan a estas reglas y estándares. Vamos innovando en a educación de los niños, cómo sacar su mejor versión de ellos mismo, cómo solucionar problemas socio-emocionales. El adulto siempre está ahí para enseñar, y nadie enseña a los adultos.
Excepto, cuando se trata a la hora de explicarle a un niño que un ser amado está enfermo y que jamás se curará, o que ha muerto. Es más fácil decirles que una mascota se murió o que se fue de la casa a una granja, y se le reemplaza, para mayor facilidad para el adulto, con otra mascota, llegamos a casa con otro pez, perro, gato, conejo, etc., creyendo que es mejor para el niño.
Sin embargo, ¿Qué les estamos enseñando o qué mensaje les estamos enviando a los niños al reemplazar a su mascota fallecida por otra viva, sabiendo que con la mascota fallecida era su mejor amigo, con quien vivió buenos y malos momentos, siendo más significativos los primeros? ¿Les estaremos enseñando que si ellos llegarán a morir o irse de la casa, serán reemplazados por otro niño vivo o que se queda en casa?
Los adultos, sintiéndonos tan valientes para enfrentarnos a todas las situaciones que la vida nos dé, nos volvemos vulnerables al tratar de explicarle a un niño el tema de la muerte, y principalmente, la muerte de un ser amado (humano).
Terapia narrativa
Dentro de sus aproximaciones de este enfoque encontramos a Michael Foucault (1979), Gregory Bateson (1972), Jerome Bruner (1986) y a Lev Vygotsky, y cada uno de ellos, hablan sobre el poder del discurso, la construcción de la realidad por medio del aprendizaje significativo usando la vía de la experiencia.
Sin embargo, los pioneros, los autores de este enfoque innovador son el trabajador social australiano Michael White y el antropólogo canadiense David Epston, que juntos publicaron en 1993 su libro titulado “Medios narrativos para fines terapéuticos”.
Dentro del cual, mencionan que las personas no son el problema, sino, que el problema, es el problema, un agente externo que los aqueja, y para ello, se hace por medio de la técnica de la externalización del problema, donde se hace está separación de la persona del problema; dando la pauta para que la persona se vuelva la experta de su vida y del problema, siendo él/ella poseedor de la solución del problema.
White (1993) con este enfoque, logra el cuestionar y deconstruir las prácticas terapéuticas de la modernidad, siendo influidas por lo estructuralista en la vida y la identidad de las personas; así desde la metáfora del texto hacia una aproximación de la vida de las personas con sus historias, que, junto con el terapeuta, van en la búsqueda de aquellos eventos marginados por el discurso dominante.
Al generar los discursos alternos con el objetivo de validar los conocimientos, habilidades y destrezas que la persona posee y que aún no se ha dado cuenta, para hacer que su vida cambie a lo que desea.
Además de White y Epston, otros autores narrativos, han planteado que el manejo del lenguaje durante las conversaciones en terapia, haciendo la externalización del problema, se llega a alejar la historia saturada del problema de la identidad de la persona.
Como lo describe White:
La externalización es un abordaje terapéutico que insta a las personas a cosificar y, a veces, a personificar, los problemas que las oprimen.
En este proceso, el problema se convierte en una entidad separada, externa por tanto a la persona o a la relación a la que se atribuía. Los problemas considerados inherentes y las cualidades relativamente fijas que se atribuyen a personas o relaciones se hacen así menos constantes y restrictivos. (White y Epston, 1993, p. 53)
Duelo infantil
Elisabeth Kübler-Ross, trabajó con pacientes moribundos y sus familiares, desde niños hasta adultos, que han sido desahuciados o estaban viviendo la muerte de un ser amado.
Estas experiencias las describe en sus libros, como “La muerte: un amanecer” (1984), “Una luz que se apaga” (1983), “La rueda de la vida” (1997), “Los niños y la muerte” (1985) y “Sobre la muerte y los moribundos” (1969).
En cada una de estas obras, Kübler-Ross, abarca el duelo que los niños viven después de la muerte de un ser amado, ya sea de una mascota, un hermano, un padre, un tío o abuelos.
Además, la maestra Gaby Pérez Islas, menciona en su obra “Cómo curar un corazón roto”, el cómo los niños interactúan y reaccionan ante la muerte, y destacando la importancia de hablar de la muerte a los niños, y las consecuencias de no hacerlo.
Además, Elisabeth Kübler-Ross (1985) menciona que el permitirles a los niños a asistir a los rituales funerarios, estar cercas de sus parientes que están próximos a su muerte, visitar a los abuelos en casa, a su hermanito que se encuentra en tratamiento por cáncer, y explicarles desde su religión, acerca de la muerte, estos niños suelen estar más preparados para futuras pérdidas, ya sea cercanas o lejanas (adultez).
El duelo adulto y el infantil se pueden diferenciar por los siguientes puntos:
- Ritmo vital: la vida del niño no se ve interrumpida, sigue el mismo ritmo.
- La duración: habitualmente los niños resuelven el duelo de manera más rápida.
- El mantenimiento de las rutinas: mantener las rutinas es esencial y suele ser un factor protector.
- La expresión emocional: es indispensable y puede hacerse por vías alternativas.
- Afectación en las distintas áreas: los niños suelen preservar sus áreas vitales y el duelo solo afecta a una o dos áreas principales.
- El significado de la pérdida: en los niños la pérdida suele traducirse en pérdidas concretas frente a la de los adultos, es decir, que tiene un significado global.
- El concepto de la muerte: de los niños es limitado y va avanzando con la edad.
- La necesidad de comunicarse: los niños necesitan comunicar sus dudas e inquietudes a los adultos.
- Los apoyos familiares y sociales: son imprescindibles para la resolución del duelo.
- La información que reciben: la información que los pequeños reciben esta influenciada por la opinión adulta.
Retomando este último punto, en consulta, durante la primera entrevista con los padres o tutores de los niños, suelo preguntar si ya ha habido anteriormente una pérdida en la familia, y como se le explicó o si han recibido información anteriormente sobre la muerte, o si están asistiendo actualmente o ya hicieron la primera comunión, pues suele ser la primera educación dentro su religión, e incluso les suelo preguntar que religión practican o pertenecen, pues lo que les enseñemos en el área de las creencias religiosas, les puede ayudar a comprender el concepto de la muerte.
Propuesta de intervención
Ahora bien, se describen en que consta está propuesta de intervención en el proceso de duelo infantil. Consta de 10 sesiones, en las que cada uno, se trabajan con diferentes temas cada uno, la duración de la sesión puede variar en el estilo del psicoterapeuta y de lo que bien puede suceder en la sesión:
Entrevista con los padres o tutores
En esta entrevista con los padres o tutores del infante, se habla sobre la muerte del ser amado, la relación que el infante tenía con esa persona, el cómo, quien y en donde se le dio la noticia, su reacción al momento de darle dicha noticia, durante el velorio y la sepultura (o de cremación), y que ha sucedido después de ello; rutina que el infante tenía antes de la muerte y cómo ha sido ahora la rutina; cambios en el comportamiento, en su rendimiento académico, y en otras áreas en la que se desarrolle; comentarios que normalmente no hace, si expresa algo que los inquiete; incluso, el motivo por el que han decido solicitar la atención; si ha habido otras muertes, si las hubo, cómo fue para el infante en esa ocasión; si ha hecho preguntas sobre la muerte y qué explicación se le dio sobre la muerte de su ser amado.
Básicamente, en esta entrevista, se indaga todo en relación entre el infante y su experiencia con la pre-muerte (si se le preparó para ello), durante y post-muerte; incluso sobre sus creencias religiosas. En esta entrevista no es necesario que el infante se presente.
Sesión 1. “El día que te fuiste”
En esta primera sesión, y primer contacto con el infante, se le apoya al infante a que hable y exprese su vivencia acerca de la muerte. Se puede recurrir a la técnica narrativa llamada “el día que te fuiste”, en la que se le invita al infante a realizar una breve descripción y un dibujo de cómo vivió el recibir esa noticia, de la muerte de su ser amado; y cómo ha sido para él/ella, el hecho de que esa persona ya no este físicamente aquí.
Cabe mencionar que al terminar la sesión, el trabajo realizado se quede en el consultorio, no se lo ha de llevar a su casa; como un bonus extra, (y a preferencia del terapeuta) se recomienda que al final de la sesión, se le proporcione al infante una carpeta o un sobre tamaño carta y material de decoración para que la decore a su gusto, esto con la finalidad, en primera instancia, proporcionar al infante un momento extraordinario, en el que no hablará sobre ese día tan doloroso para él; y en segunda instancia, un lugar donde puede guardar todos sus trabajos que realice durante las sesiones, ya que al final, se le devolverá, esto con la finalidad de que el infante, al concluir, tenga acceso a las herramientas que utilizó durante este proceso duelo y que puede utilizar nuevamente si así lo considera.
Sesión 2. “La muerte ¿Qué es?”
El infante, en esta sesión, se plantea que, por medio del dibujo y la escritura, comparta qué sabe sobre el tema de la muerte y qué es lo que cree al respecto, con base en sus creencias tanto religiosas como socioculturales; incluso, si ha visto películas como la de “Coco” (2017, Disney-Pixar) o la de “El Libro de la Vida” (2014, 20th Century FOX y Guillermo del Toro).
En ocasiones, el infante puede expresar que no sabe nada, o se muestre confundido. Por lo que, se recurre a un recurso literario, el cuento del “El Pato y La Muerte” (Erlbruch, W., 2007).
Después de que el infante termine de leer este cuento, se le pregunta con su opinión sobre esta historia y que realice un breve dibujo sobre ello.
Al concluir la sesión, se le pregunta al infante sobre su opinión de esta sesión, y qué sea él/ella quien guarde en su carpeta o sobre el trabajo realizado.
Sesión 3. “Nuestra historia”
En esta sesión, tiene la finalidad de profundizar sobre la relación del infante con el ser amado fallecido, recuerdos, historias, aventuras o travesuras que hicieron juntos, se puede utilizar los dibujos, que el infante dibuje los momentos más significativos vividos con esa persona; posteriormente, se le invita a que narre cada unos de esos momentos.
Una vez compartido esto, se le invita al infante a expresar sus sentimientos al recordar esto por medio de una carta, se le puede decir, “le escribimos cartas al “niño Dios” / “Santa Claus”/ ”Reyes magos” (de acuerdo a las creencias que el infante posea) para pedir juguetes; esas cartas, de alguna manera les llegan y traen los regalos que pedimos.
Y qué tal si le escribes una carta o le haces un dibujo a (nombre de la persona fallecida) en la que le digas cómo te sentiste cuando falleció y cómo ha sido para ti el que ya no esté aquí físicamente”.
Si está en la disposición de hacerlo, se le proporciona hoja y lápiz, y se le pregunta si necesita algo que le ayude a escribir/dibujar, de ser negativa su respuesta, el psicoterapeuta se queda en su lugar y espera a que el infante termine; de ser su respuesta positiva, se le proporciona lo que necesita.
Algunas ocasiones, puede necesitar espacio, un momento a solas, por lo que el psicoterapeuta saldrá un momento, dándole ese espacio a solas que necesita.
Una vez terminado, se le invita a que comparta su carta, que sea él/ella quien la lea en voz alta; en caso de ser un dibujo que comparta sobre ello.
Al terminar la sesión, se le pregunta la opinión al infante sobre esta sesión. Y, además, como prescripción, realizará un diario, en el que, día a día escriba o dibuje su sentir sobre ello, puede ser que escriba cartas frecuentemente a su ser amado sobre cosas que han sucedido, y que le quiera contar.
Para la siguiente sesión, deberá de traer el diario o las cartas, lo que el infante decida que es mejor para él/ella.
Además, para trabajar en la siguiente sesión, se le pide que traiga a consulta una fotografía de él/ella con esa persona y un objeto que le haya pertenecido en vida o algún objeto significativo para el infante que represente a su ser amado.
Sesión 4. “Su testamento”
En está sesión, se reciben las cartas y el diario prescripto en la sesión pasada. Se le invita al infante a que comparta su experiencia con ello. Posteriormente, de haber realizado cartas, se guardarán su carpeta o sobre. De ser diario, se le dejará a decisión del infante de continuar o no, esto con base en su experiencia al redactar el diario.
Se le invita al infante a que comparta la fotografía o el objeto que escogió traer, sobre el significado y el valor que tiene para él/ella.
El niño por medio de la escritura el infante realizará el testamento de herencia que considera que su ser amado le dejó (desde lo material como emocional, valores, aprendizajes, aventuras, momentos, recuerdos), lo puede realizar mientras observa la fotografía o el objeto que eligió traer.
En ocasiones, el infante puede presentar dificultades para realizar esta actividad, por lo que se le puede invitar al infante a que nos hable más sobre su ser amado, cómo era, qué le gustaba, qué le daba miedo, y momentos qué jamás olvidará.
Al terminar de narrar esto se le puede decir “veo que te dejó muchas cosas como herencias en su testamento”; el infante bien puede decir “Oh ¿sí?”; “Sí, te dejó… (se le regresa en resumen lo que compartió previamente)”.
Después se le invita nuevamente a que realice el testamento con lo previo retroalimentado al infante.
Al terminar esto, se le invita al infante a que exprese su opinión y qué descubrió en esta sesión y se guardará el trabajo realizado.
Sesión 5. “Caballeros y dragones… y Merlín”
Haciendo referencia a los cuentos de hadas, de caballeros y dragones, en donde el caballero lucha y mata al dragón que asola a la aldea, llevándose a los animales de granja y a los aldeanos a su cueva para devorarlos; siendo este dragón, los desafíos que el infante se enfrenta durante su proceso de duelo, como las primeras fechas en que el ser amado ya no está presente físicamente (cumpleaños, graduaciones, logros); y siendo el infante el valiente caballero que se enfrentará al gran dragón para proteger su reino (que se representa su self); y el mago Merlín, quien juega un papel importante en la mítica leyenda del Rey Arturo, como su instructor, su maestro, representará, al ser amado fallecido.
El infante dibujará los desafíos con la forma del dragón; a él/ella mismo/a con el reino y al caballero; y su ser amado como Merlín. En la parte de atrás de la hoja, en la que hizo el dibujo, escribirá brevemente lo que representa ese dibujo (los desafíos) a los que se está enfrentado a raíz de la muerte de su ser amado.
Luego usando la voz de Merlín (su ser amado) qué cree el infante que le diría para poder derrotar al dragón; esto lo escribirá en otra hoja, con el título, “Hechizo para vencer al dragón”, este hechizo será firmado por Merlín (su ser amado).
Se puede usar las siguientes preguntas detonantes para guiarle a realizar esta actividad: Si estuviera aquí ¿Qué consejo te daría acerca de esto? ¿Cuáles serían los deseos y sueños de él para ti en general y con respecto a esta situación? ¿Qué vio en ti y qué creyó acerca de ti que le permitiría saber que puedes manejar esta situación?
Al final de la sesión, nuevamente se le pregunta al infante su opinión acerca de esta sesión y el trabajo realizado se guardará en su carpeta o sobre, con excepción, del “Hechizo para vencer al dragón”, este se lo llevará para aplicarlo contra el dragón cuando se presente.
Se le menciona a los padres o tutores del infante, que la próxima sesión se solicita la presencia de algunos familiares, que el infante desea invitar a participar.
Sesión 6. “Lo que perdimos y lo que tenemos”
Junto con las personas invitadas a participar en la sesión, comparten historias, anécdotas, aventuras que vivieron con la persona fallecida, y que todos compartan su vivencia posterior a la muerte y que expresen sus necesidades, y por medio de la escritura, que todos escriban palabras motivadoras que el fallecido les quisiera decir.
Y además de que entre todos digan los desafíos que han enfrentado y los logros que han tenido después de la muerte del ser amado.
Al final de la sesión, todos en una tira de papel sus nombres y escriban una carta al ser amado, la carta y los nombres, en casa leerán esa carta, y al finalizar, amarrarán esa carta a un globo inflado con helio para luego dejarlo ir. Para despedir a los invitados y al infante se les sugiere hacerles una connotación positiva por haber aceptado la invitación del infante a participar.
Sesión 7. “Gracias a ti, aprendí… y ahora estoy listo para decirte, hasta luego”
En esta sesión el infante por medio de la escritura y de dibujos, redactará una carta hacía su ser amado, en donde le agradece lo aprendido en vida y ahora que no está físicamente, los momentos, las aventuras, vividas y compartidas, y la finalizará con la siguiente frase “no te digo adiós, sino hasta luego.
Se le pide al infante comparta su experiencia, aprendizaje que adquirió durante su proceso, las partes que más le agradaron y las que no tanto; la carpeta o sobre en donde se guardaban sus trabajos, se le regresan con el comentario de que esto es su caja de herramientas, y es de él/ella y puede volver a usarlas si lo cree necesario.
Además se recomienda agradecer al infante por compartir en este espacio sobre él/ella y como un bonus extra, se le puede entregar al infante un pequeño reconocimiento, el diseño y el título se deja a la creatividad del psicoterapeuta y del infante.
Discusión
Es entendible que el proceso de duelo es personal, cada persona lo vive de forma diferente, puesto que su definición o percepción del concepto sobre la muerte es lo que puede influir en su proceso de duelo.
En caso de los niños, su experiencia suele verse a través de películas, series, caricaturas, cuentos e incluso sus creencias religiosas; y en caso de la cultura mexicana, tenemos el 2 de noviembre, el día de muertos, una combinación de dos culturas, indígenas y europea con la llegada de los españoles en los tiempos de conquista y colonización.
Los niños suelen ser muy abiertos cuando se les habla sobre la muerte, la fantasía, la magia, con la esperanza de que hay algo más después, influye en su proceso de duelo, es por ello que se plantea está propuesta con el enfoque narrativo, ya que se acude a la fantasía y la esperanza de que su ser amado no ha “desaparecido”, el poder escribir una carta, o realizar un dibujo para su ser amado es “encender” o mantener la esperanza de que en algún momento volverá a verle, mientras tanto, puede continuar su vida, su rutina, sus metas, celebrar sus logros con esa alegría y viveza, como si nunca hubiese pasado, sin embargo paso y aun así, el infante puede continuar disfrutando de cada instante de esta vida.
El poder voltear al cielo e imaginar a su ser amado que está jugando un partido de ajedrez con los ángeles, o con Dios, que está brincando o haciendo cosquillas a las nubes y que por eso llueve, que cada que saque una buena nota en su escuela pueda celebrarlo con alegría. A través de los ojos de un niño.
Referencias
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María Nataly Hernández Bentura es Licenciada en Psicología, diplomado en Tanatología, maestrante en Terapia Familiar Sistémico Relacional, Universidad del Valle de Atemajac, UNIVA.
Datos para citar este artículo:
Hernández Bentura, María Nataly. (2021). Propuesta de intervención desde la terapia narrativa en el proceso de duelo infantil. Boletín de Consultorio Psicológico Condesa, 14(3). https://psicologos.mx/propuesta-de-intervencion-desde-la-terapia-narrativa-en-el-proceso-de-duelo-infantil/.
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